El futuro no está escrito: Encuesta Guarumo entrega resultados sorpresa.



La más reciente encuesta de Guarumo, publicada el 28 de abril, sacudió el tablero político: Gustavo Bolívar, Vicky Dávila y Sergio Fajardo están en empate técnico en la carrera por la Presidencia 2026. Bolívar lidera con un 12,6% de intención de voto, seguido por Dávila con 11,6% y Fajardo con 11,4% .

A primera vista, podría parecer que el petrismo sigue fuerte. Pero el verdadero mensaje es otro: el país está dividido, y el "cambio" ya no enamora como antes.

Bolívar —el escritor convertido en político, elegido por el dedo del poder actual— lidera con apenas un 12,6 % de intención de voto. Pero justo detrás están Dávila, periodista crítica del Gobierno con 11,6 %, y Fajardo, el candidato eterno del centro, con 11,4 %. Un margen tan estrecho no da margen para la soberbia.

Y sin embargo, ya suena el tambor del continuismo. Ya empiezan a hablar de consolidación, de segunda fase, de no soltar el poder. Pero… ¿en nombre de quién? ¿Con qué respaldo real?

El “empate técnico” no es señal de estabilidad. Es señal de descontento. De que millones de colombianos están buscando alternativas al ruido, la división y el discurso de guerra permanente.

Pero atención: la izquierda ya eligió su ficha. Bolívar está en campaña, con todo el respaldo del aparato, y con el discurso listo. Mientras tanto, la oposición aún no se decide si quiere jugar o seguir viendo desde la tribuna en un equipo fragmentado
Vemos algunas características desde la oposición como la inercia, desunión, egos, miedo a incomodar y sobre todo exceso de retorica sin estrategias.

Colombia no pertenece a una ideología ni a un caudillo.
Pero si quienes piensan diferente no se organizan, el país seguirá atrapado en el mismo relato único, excluyente, fanático.

Esto no es una encuesta más, es una llamada de atención para quienes creen que la democracia camina sola.

La izquierda no es invencible. Y el futuro no es propiedad privada.

Si el progresismo quiere seguir, tendrá que reconquistar. Si otros quieren llegar, el momento es ahora. Las emociones ya no son suficientes. El país está pidiendo razones.

Vivimos un Empate técnico emocional, la decisión no será de algoritmos ni de discursos en TikTok. Será de quienes se atrevan a imaginar otro país... o defender el que hay, sin miedo al éxito, indistintamente de lo que eso signifique para los de un lado o del otro.




Fuente El Espectador

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